22/6/08

El caminar de las Comunidades Eclesiales de Base


EL CAMINAR DE LAS CEBs EN EL CONTINENTE.

Socorro Martínez

Arquidiócesis de Salta - Argentina

Las Comunidades Eclesiales de Base estamos en casi todos los países del continente. Para trabajar mejor nos hemos organizado por regiones. Los países de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay están en la región Cono Sur. Brasil por su tamaño y vitalidad es una región. Los países de Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia conforman la región Andina. En la región Caribe están Haití, República Dominicana y Venezuela. La región de Centroamérica la integran Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Costa Rica. En tanto que México y Estados Unidos conforman la región Norte. En este último país el trabajo es con migrantes de habla hispana y portuguesa.

En su gran mayoría las CEB de América Latina y El Caribe están esparcidas en las ciudades, los ranchos, en pequeñas poblaciones rurales, en las favelas, las villas miseria, y en las zonas marginales de las urbes, y en todo lugar que se compromete con Dios como iglesia. Son un espacio en el que personas inquietas por el Reino encuentran su lugar, las diferentes razas y culturas son acogidas y valoradas en comunión fraterna. Espacio en el que compartimos sueños, anhelos, actividades, programaciones, convivencias, evaluaciones y celebramos la vida.

Las CEB, a la vez fuertes y frágiles, tenemos una enorme vitalidad, prueba de ello son los encuentros diocesanos, regionales, nacionales e internacionales que se preparan y celebran con grande alegría y se evidencia en su preparación y realización la multiplicación de los panes y los peces.

A nivel de América Latina y el Caribe tenemos una larga trayectoria de ir recogiendo y relanzando el proceso de las CEB, de manera significativa, a través de los Encuentros que realizamos cada cuatro años.

· El Primer Encuentro tuvo su sede en Volta Redonda, Brasil en 1980: en aquel entonces, las CEB. contribuían para la formación de una conciencia crítica ante la decadencia final de las dictaduras militares.

· El Segundo Encuentro se realizó en 1984, en Cuenca, Ecuador. El tema era: "cómo mostrar que el Evangelio tiene que ser vivido, y no sólo declamado en los documentos.”

· El Tercer Encuentro tuvo lugar en 1988, en Río Blanco, México. El tema candente del momento era la eclosión de nuevas alternativas democráticas. Las transiciones democráticas, casi en todos los países, amenazadas por los fraudes electorales. Así fue que el tema del Encuentro se centró en "Fe y Política".

· El Cuarto Encuentro tuvo lugar en Santa María, Brasil, en 1992. El tema de reflexión era "desafíos para las CEB: articulación y metodología".

· El Quinto Encuentro se realizó en San Pedro de Ycuamandiyú, Paraguay, en 1995: cuyo tema fue "todos juntos arranquemos de raíz a la pobreza".

· El Sexto Encuentro se realizó en La Rioja, Argentina en septiembre del 2001 con los ejes temáticos de Identidad, Misión y Utopía-Sueños.

En los dos últimos años podemos mencionar el VII Encuentro Latinoamericano que se llevó a cabo en Quéretaro, México con la participación de 20 países, incluyendo la presencia de comunidades de Estados Unidos con el tema de Las CEB ante el desafío de ser fermento profético del Reino en la Sociedad e Iglesia del Siglo XXI con el objetivo de rreflexionar sobre el “otro mundo” que las CEB están posibilitando a través de sus acciones socio-pastorales para descubrir en ellas la fuerza del Reino y favorecer que sean fermento en la Iglesia y en la sociedad. Acompañaron a sus delegaciones los obispos de Brasil, Haití y México.

De igual manera asesores y asesoras de las CEB del continente nos encontramos en la ciudad de Aguascalientes para realizar un análisis prospectivo y encontrar las líneas de asesoría que impulsen el proceso de las CEB. Nos es una ayuda hacer referencia a investigaciones y estudios sobre las CEB realizadas de manera científica en varios países como Brasil, Argentina, México y Chile.

Culminamos en México estos encuentros internacionales con la realización del XVII Encuentro Nacional de las CEB de México con cerca de tres mil delegados de 50 diócesis.

El mes de julio 2005 fue de gran actividad:

- Se celebró el XI Intereclesial de Brasil en la ciudad de Ipatinga con 3,854 representantes de 244 diócesis con el tema de la Espiritualidad Liberadora. Una fiesta llena de colorido y esperanza, una expresión de fraternidad en medio de una difícil coyuntura política.

- Las CEB de Argentina realizaron su VI Encuentro Nacional en la ciudad de Rosario con el tema de ¡CEB renovadas, semillas de una nueva sociedad! El resultado fue más allá de los compromisos acordados y se vivenció un nuevo impulso en el caminar, un aire fresco que permite continuar con un paso más ligero.

- El III Encuentro del Caribe con sede en la convulsionada isla de Haití en la que el Arzobispo de Puerto Príncipe Monseñor Serge Joseph Miot expresó lo siguiente: “No esperábamos una actividad de esta naturaleza en Puerto Príncipe. Todo el mundo tiene miedo de venir aquí, la gente de nuestras propias comunidades tienen miedo, por eso faltan algunas provincias. Es un momento fuerte de nuestras vidas. Gracias por su solidaridad y por compartir nuestra realidad. Las comunidades están vivas, es la lucha la que nos mantiene vivos. Después de 10 años hacemos todo el esfuerzo para que las comunidades continúen. Estas son la esperanza del anuncio del evangelio.”

- En Trinidad, Bolivia se realizó el VIII Encuentro Nacional con la participación de alrededor de 650 representantes.

- El Encuentro de la arquidiócesis de Cd. de Guatemala en octubre del 2005 con la reflexión en torno a la Eucaristía como pan de vida y de solidaridad, expresada vivencialmente con los damnificados por el huracán Stan.

- El encuentro Nacional de Venezuela en la ciudad de Maracaibo en noviembre del 2005 con el tema de Caminando con las CEB, Otro Mundo es Posible.

- El encuentro nacional de Paraguay en la ciudad de Luque, una de las ciudades importantes del Departamento central.

El caminar continúa y en varios países como es el caso de Ecuador, Chile y Guatemala se están preparando para próximos encuentros.

ALGUNOS ELEMENTOS DE NUESTRO CAMINAR COTIDIANO

Vivimos nuestro ser de Iglesia Pueblo de Dios en su primer nivel, en la base, en la casa en el barrio, en la calle, abierta a los diferentes niveles socio-económicos, generaciones, razas y culturas. Por su propuesta de vida desde el Evangelio confronta a los sistemas injustos que oprimen, excluyen y empobrecen a las mayorías de nuestros países.

Animamos a la comunidad cristiana local. Sin la presencia del ministro ordenado, las CEB hacemos las celebraciones de la Palabra. En Brasil el 75% de las celebraciones dominicales son liturgias realizadas por la gente de las comunidades; algo similar pasa en Honduras, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y República Dominicana.

Las celebraciones litúrgicas llenas de colorido, de símbolos y de vida celebran la cotidianeidad, los pequeños y grandes pasos en la lucha por la justicia, la solidaridad con causas justas, los fracasos leídos a la luz de la fe; ahondan y fortalecen el compromiso de estar con el débil, con los excluidos, con la víctimas y crucificados de hoy.

Tomamos conciencia de la realidad micro y macro, discernida a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia y generamos diversas iniciativas para transformarla, por ejemplo: cooperativas, comités de derechos humanos, acciones a favor del medio ambiente, trabajo de mujeres, participación ciudadana y política, misiones a lugares en conflicto o más pobres que los propios, trabajo con las pandillas (maras) y jóvenes en riesgo, comercialización de productos campesinos a precio justo… teniendo como referente la Comunidad Trinitaria, el proyecto del Dios de la Vida.

Generamos procesos de formación y capacitación en todos los niveles: en los grupos base, en los diferentes niveles de animación, en los diversos ministerios y servicios. Las CEB contamos con una larga experiencia de talleres, encuentros, foros, seminarios. Hemos creado infinidad de materiales didácticos y populares y contamos con millares de publicaciones, que toman en cuenta los diferentes contextos y culturas.

Las mujeres, mayoría en las CEB, desarrollamos servicios y ministerios con creatividad y eficacia; ejercitamos el apostolado, la enseñanza en la fe, la profecía y la animación a la comunidad. Las CEB son escuela en el discípulado y en el desarrollo humano.

Las CEB nos buscamos y nos necesitamos unas a otras y tejemos redes de articulación y de organización en la parroquia, en la diócesis, a nivel nacional y a nivel internacional, y somos expresión viva de la Iglesia como comunidad de comunidades.

Es una alegría ver que esta eclesio-génesis se vive en las CEB en permanente proceso y los frutos que se cosechan a lo largo del camino. Nos alienta en nuestro andar el saber que esta experiencia, suscitada por el Espíritu, se ha propagado a otros continentes.

DESAFÍOS Y DIFICULTADES EN NUESTRO CAMINAR

Compartimos con toda la Iglesia los desafíos y dificultades de comunicar la Buena Noticia de Jesucristo a nuestros pueblos en un contexto de hegemonía de la globalización neoliberal que provoca exclusión, migración, desempleo, narcotráfico y una espiral de violencia. Experimentamos y sentimos preocupación por el deterioro progresivo del medio ambiente, la salida masiva de bautizados a otras expresiones religiosas alienantes y un pluralismo religioso presente aun en el seno de las mismas familias.

Nos preguntamos seriamente por el desafío de responder a la nueva situación histórica de América Latina en la que se vive una emergencia popular en varios países que buscan un nuevo proyecto de sociedad que responda a sus necesidades.

Las CEB caminamos con profundo sentido de unidad y pertenencia a la Iglesia y continuamos en fidelidad profética a ella, pero es un caminar en el que encontramos indiferencia, incomprensión, rechazo, marginación en muchas parroquias y diócesis.

Encontramos una seria dificultad de colaborar con sacerdotes sin una adecuada formación y muchos de ellos con una práctica pastoral autoritaria e injusta que ha dejado un saldo negativo en la vida religiosa que son parte de este caminar, en las comunidades eclesiales de base y en el pueblo de Dios en general.

Nos interpela la juventud y el que tengan en las CEB una mayor participación y protagonismo.

Hemos dado pasos significativos en la formación de animadores y en la capacitación a los diferentes ministerios y servicios de las comunidades y miles de personas se han cualificado, pero reconocemos que aún nos faltan pasos para ser un laicado más maduro y asertivo.

Experimentamos también que muchos de los miembros de CEB capacitados y en servicio en diferentes ministerios se ven obligados a abandonar sus países en búsqueda de trabajo, principalmente hacia Estados Unidos. Sentimos el desafío de trabajar más articuladamente con las CEB de la población hispana y brasileña en aquella nación y atender a las familias de los que emigraron.

Nos desafía el uso adecuado de la tecnología y el que ésta beneficie también a los sectores desfavorecidos. Vamos dando pasos significativos en la creación de nuestras páginas Web y en la utilización del correo electrónico pero necesitamos dar muchos pasos más.

EL CAMINO SE ENSANCHA O SE ANGOSTA MAS

Tenemos más de 40 años de camino, de experimentar gozosa y dolorosamente el ser comunidades consecuentes con la práctica de Jesús en la que miles de hermanos y hermanas han dado su vida por la causa del Reino.

Es necesario que en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño se vuelva a tomar en cuenta a las CEB, se les reconozca como primer nivel de Iglesia sacramento, y su valioso aporte evangelizador en la realidad de un mundo

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